Quería comprar esta tarde unos filetes de cerdo para cenar y poca cosa más, cerveza, pan y algunos productos para la casa. En el supermercado, sorpresa!, había poca carne, cerdo agotado inclusive. La huelga de transportistas, pensé.
De vuelta a casa empecé a tirar del hilo: Se agota el cerdo en las grandes superficies de abastecimiento y no les llega a los carniceros. La cadena se para. Los transportistas dejan de llevar cerdo a las superficies de abastecimiento. El matadero tiene que parar. No puede matar cerdos porque no los puede envíar y tampoco le llega nada para matar. El criadero tampoco puede hacer nada salvo dejar a los animales comiendo bellota y durmiendo la siesta.
Moraleja: En las huelgas siempre se favorecén los mas cerdos.
Y yo pensándolo mejor me he pasado por la freiduría Manolita (la mejón der mundo entero) y me puesto cuarto y cuarto de cazón en adobo y croquetitas.
Como dijo el barril de petróleo, no me culpéis a mí, que la crisis es vuestra.
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